NUESTRA HISTORIA · LA CHURRERÍA MÁS ANTIGUA DE LA CAPITAL
Nuestra historia comienza en el Siglo XIX, en el entonces llamado barrio Maravillas de Madrid, el mismo que a principios de siglo era uno de los núcleos más importantes del levantamiento del 2 de Mayo.
Ya en 1883, Ángel Huertas abre una churrería-cafetín en la calle del Espíritu Santo, nº 8, paraje transitado por gente humilde, castizos de la época y alguna que otra personalidad célebre. En la buñolería se vendían churros, porras y buñuelos de churrería recién hechos, así como chocolate caliente e incluso leche por litros. Tampoco podía podía faltar el café, aunque por aquel entonces muchos lugares hechos para el pueblo, como era éste, tenían que servir el café procedente de los posos sobrantes de importantes hoteles.
Las ricas porras y el acogedor local hicieron de la churrería el lugar perfecto para desayunar, merendar o reponer fuerzas mientras comprabas por el rastrillo de Maravillas, un encantador mercado de puestos en la calle que ocupaba casi todo el barrio.
Resulta increíble en la actualidad poder pasear por las mismas calles por las que nuestros antepasados ya hacían de éste un barrio mágico.
Durante la Guerra Civil cesa la actividad como cafetín, dado que las materias primas no eran fáciles de obtener y tomar una simple taza de chocolate se convirtió en un auténtico lujo. Sin embargo la actividad churrera no para, aunque la tendencia cambia y el negocio se dedica más al reparto, primero por todas las calles céntricas, con los tradicionales juncos, y posteriormente, ya motorizados, repartiendo a hostelería. De esta manera nuestros churros constituían el desayuno de miles de madrileños cada día.
Mientras todo esto ocurría, de forma paralela y también en la capital, la familia Mendoza García iniciaba su camino en esta bonita profesión abriendo churrerías en Usera, Cuatro Caminos..., e incluso en diferentes puestos callejeros y verbenas.
Y ya en la década de los 80, en pleno auge de la movida madrileña, los caminos de este histórico local y de la familia Mendoza García se cruzan para terminar pasando de manos de los Huertas a las de los Mendoza Manzano, que lleva hasta nuestros días las riendas de este negocio tan tradicional, artesanal y castizo.
En 2016, la familia, con más de cuatro generaciones de churreros a las espaldas, se niega a aceptar ver ante sus ojos como este bello oficio desaparece a pasos agigantados de muchos barrios de la capital (en Malasaña hace solo 25 años había más de 10 churrerías, hoy sólo quedamos nosotros) y, quizás dejándose llevar por su romanticismo hacia la profesión y a su negocio, con entonces 133 años de historia, reforma el local para recuperar sus tiempos de café, tertulias y churros con chocolate.
Hoy día Madrid 1883 es un local que combina lo tradicional, lo industrial y lo moderno, donde se pueden degustar masas fritas con la receta que ya hacía la familia generaciones atrás, y a la vez disfrutar de un café o un chocolate caliente. Un espacio renovado y acogedor que cuenta con wifi, enchufes para cargar dispositivos móviles y una cristalera hacia la cocina donde se ve la artesanal elaboración del producto.
¡ UN LUGAR PARA QUE MAYORES Y NIÑOS, HIPSTERS Y MILLENNIALS VENGAN A MOJAR EL CHURRO !